Me llamo Ricardo y tengo cláusula suelo. Ahora lo lógico sería escuchar un coro que diga ‘Hola Ricardo’, pero ya que en mi escritorio solo hay dos Mr Potato disfrazados de Spiderman y Darth Vader casi mejor que nadie diga nada. En realidad ya no tengo cláusula suelo, la tenía. Me la quitaron en 2013, lo que significa que llevo tres años bebiendo.

Antes de 2013 no bebía. Estaba centrado en esa práctica tan española de no poder pagar el piso en el que vivía. Y ahora que ya había logrado culparme de haber sido más tonto que un banco, resulta que la culpa no era mía.

Mi cláusula suelo en EL MUNDO