Aislado en el salón del inmenso hotel Overlook, en las montañas de Colorado, Jack Torrance, el personaje creado por Stephen King para ‘El resplandor’, se volvía loco escribiendo su última novela tras rellenar cientos de páginas con una misma frase vacía. Casi a punto de entrar de lleno en asuntos como la corrupción, la crisis económica y Cataluña, Felipe VI logró evitarlo encerrándose en el Salón del Trono del Palacio Real, y pronunciando una y otra vez las mismas palabras vacías, en lo que sin duda puede considerarse como la consolidación de su reinado.

A punto de ver como se sientan en el banquillo su hermana y su cuñado, Felipe VI no quiso aburrirnos con sus problemas domésticos, y se diluyó en el barroco. No hay nada más republicano que un mensaje directo, por lo que cuando el español medio puso la tele y se encontró con las palabras ‘responsabilidad’, ‘concordia’, ‘compromiso’, ‘generosidad’, ‘diálogo’, ‘entendimiento’, ‘unidad’, ‘solidaridad’, ‘identidad’ y ‘voluntad’, fue consciente de la continuidad en la línea sucesoria.

El resplandor en EL MUNDO