LOS CIUDADANOS de Ibiza están de enhorabuena. Más de 1.000 vecinos de un censo de 88.000 aspiran el 24-M a conseguir un cargo político, en la mayor erupción per cápita de vocaciones de servidores públicos y defensores de los derechos del ciudadano de la historia.
La imperiosa necesidad de arreglarle la vida a los demás ha alcanzado en la isla índices de epidemia. Un candidato puede cruzar la isla saltando de candidato en candidato sin tocar ninguno el suelo ni abandonar las ramas. A la mayoría nunca se le reconocerá lo suficiente el esfuerzo titánico que están haciendo por permanecer en Ibiza haciendo política, cuando lo que les está pidiendo el cuerpo es lanzar ayuda humanitaria desde un helicóptero, atarse a una plataforma petrolífera en el Ártico, o transportar agua con tinas sobre la cabeza en alguna planicie inhóspita.