El ambiente en la sala de prensa, con los medios con los auriculares puestos atentos a sus pantallas de portátil, auguraba el lanzamiento de una infanta desde Cabo Cañaveral. Un acontecimiento de gran impacto visual, pero en el que el verdadero protagonista siempre es el humo que derrama la tobera.

Iñaki Anasagasti, en su papel de azote parlamentario de la Casa Real, dijo una vez que el único problema de la monarquía era hacerle caso, y para demostrarlo un día se quedó sin cenar, con todo lo que supone dejar a un vasco sin cenar, y más si es un vasco del PNV. «Me dijeron que no podía salir de la cena antes que el Rey. Les dije que iba a demostrar que sí. Y me fui». Aunque casi nadie señala este acontecimiento en los análisis sobre la abdicación de Don Juan Carlos.

El lanzamiento de una Infanta, en EL MUNDO