Me asustaría Trump si no me hubiera convertido en periodista persiguiendo a Manuel Fraga. Un tipo capaz de inaugurar una cascada, de parar un mitin para agredir a los que le abucheaban, de financiar y escribir el prólogo de un libro que negaba que los nazis cometieran el holocausto, o de despachar una pregunta incómoda de Concha García Campoy con un: «Usted lo que debería es irse a su casa a fregar y cuidar de sus hijos».
Me asustaría Trump agarrando a las mujeres de sus partes si el ex alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, no pensara siempre «en lo mismo» cada vez que veía los morros de Leire Pajín, o le diera reparo meterse con una mujer en un ascensor por si se arrancaba el sujetador. Me asustaría Trump si no hubiera visto al ex presidente Aznar meter un bolígrafo entre las tetas de una periodista, o Pablo Iglesias no quisiera azotar a Mariló Montero hasta que sangrase.

Me asustaría Trump, en EL MUNDO