En el PP andan faltos de vocaciones. Su última medida de rehabilitar a los cargos públicos absueltos de corrupción lo confirma. Aunque existan políticos que han sido condenados, también hay otros muchos que han sido absueltos, bien porque sus delitos han prescrito, o por falta de pruebas, cosa que por imperativo legal suele confundirse con la inocencia.
La propuesta que el PP pretende implantar en sus estatutos se denomina «rehabilitación reputacional», y no es otra cosa que instalar una puerta giratoria en la laguna Estigia. Los políticos ya no regresarán al mundo de los vivos como ex procesados en casos de corrupción, ni siquiera como mortales absueltos, sino como «víctimas de un linchamiento», o de «una acusación injusta» que ha privado al pueblo de «servidores públicos honestos y buenos gestores». El optimismo del PP es de tal calibre que es posible que el redactor de la propuesta haya añadido al final del texto un meme de la orgía de ‘El Perfume’, cambiando el frasco por una sentencia de sobreseimiento.