Su biografía dice que nació al mismo tiempo que Raymond Carver, Luis Aragonés y Fujimori, como si eso fuera posible. En una época en la que parecía que siempre andaban pasando cosas, que si una guerra civil, o que si los nazis invadiendo Austria, mientras al otro lado del charco salía el primer comic de Superman, y en Texas se descubría el teflón.
Cuenta que ser un niño de postguerras consistió en transportar por la calle un bloque de hielo hasta un cajón al que llamaban nevera; en tener un circo de moscas, y en alimentarse con un pan de harina e insectos. Y eso que los primeros tiros no los escuchó hasta la mili. Al parecer un compañero que pasaba miedo en la garita les despertaba cada noche disparando contra las sombras, hasta que le cambiaron el fusil por unas piedras.