Una vez una chica me convenció para que engañara a mi novia con la frase: «Me arrepiento más de lo que no hago, que de lo que hago». Luego se convirtió en mi novia y me engañó con otro, lo que me enseñó que la justicia divina existe, y que tengo que prestar más atención a lo que me dicen.
Tras recoger decenas de testimonios, está claro que una de las principales razones de los que caen en la tentación es lo mal que les va en sus relaciones, cosa que la mayoría ni siquiera sospecha hasta después de cometer el engaño. El siguiente paso consiste en reducir el grado de infidelidad, que coincide con el grado de culpabilidad, hasta lograr la excelencia negando los hechos, a veces incluso en los preparativos para que vuelva a suceder.